Filtración submicrónica
En esencia, la filtración funciona de la misma manera que un tamiz y aplica una barrera física basada en el tamaño de los poros que impide el paso de partículas en los sistemas de agua purificada. Utiliza filtros de membrana con un tamaño de poro habitual de 1 a 10 nm que pueden eliminar partículas tan pequeñas como las macromoléculas de proteínas. La ultrafiltración es una tecnología excelente para garantizar un suministro consistente de agua ultrapura en términos de partículas, bacterias y pirógenos.
La filtración submicrónica incluye microfiltros, ultramicrofiltros y ultrafiltros (1-200 nm) que se utilizan como parte de un circuito de “pulido” o en el punto de uso. La filtración fina se utiliza para eliminar bacterias (vivas o muertas) y moléculas con actividad biológica. Estos filtros absolutos tienen poros más pequeños que su objetivo previsto y pueden retener las impurezas al tiempo que permiten que el agua los atraviese. Las impurezas que se eliminan mediante la filtración submicrónica incluyen bacterias, coloides, enzimas, endotoxinas y partículas.
¿Cómo funciona?
El flujo de agua se dirige de dos maneras: (1) se dirige directamente a través de la membrana, o (2) en forma de “flujo cruzado” donde una cantidad del agua de aporte corre por la superficie de la membrana para reducir la suciedad y arrastrar los contaminantes.
Los ultrafiltros suelen instalarse cerca de la salida de un sistema de purificación de agua para reducir la concentración de microorganismos y moléculas orgánicas grandes. Estos filtros deben mantenerse regularmente para garantizar que conserven su eficacia.